Propuesta para la Mujer en el Derecho #8M

Muchos de los obstáculos para la diversidad y equidad en la práctica legal suelen ser síntomas de problemas estructurales más profundos, entre estos, pero no los únicos, barreras de género, raza y etnicidad.

No podemos negar ni desvalorizar el progreso que ha habido en términos de igualdad de género en nuestra profesión a lo largo de los años. En países como Estados Unidos, hasta la década de los 60, las mujeres representaban aproximadamente, un 3% de la profesión. Estudios más recientes muestran que casi la mitad de nuevas abogadas, son mujeres y entran a las firmas de abogados casi al mismo ritmo que los hombres y en términos generales, tienen el mismo grado de satisfacción laboral que el resto de sus compañeros hombres.

No obstante, todavía existen manifestaciones de desigualdad de género, sobre todo en cuanto a la presencia de mujeres como socias de las grandes firmas o como decanas de las facultades de las escuelas de Derecho alrededor del mundo. Asimismo, diversos estudios y encuestas han demostrado que existe una baja representación de mujeres en posiciones de gerencia y como miembros comités de gestión y control empresarial.

Este fenómeno podemos relacionarlo con uno de los elementos fundamentales para el ascenso dentro de posiciones de liderazgo: los espacios donde se toman las decisiones y el acceso que las mujeres tienen al mismo. Dicho en otras palabras, no podemos negar que el primer acercamiento con un potencial cliente se vuelve trascendental a la hora de crear una red de contactos, que en última instancia permitirá el acceso al círculo donde las decisiones son tomadas, sobre todo de aquellos temas de mayor envergadura.

Posicionarse dentro de ese círculo de toma de decisión, por diversas cuestiones, entre ellas, de sesgo, fue en su momento una de las complicaciones que las mujeres tuvieron que afrontar. Esto último, no solo por el lugar en donde este tipo de deals se cerraban, sino que, también, por los horarios y “esfuerzos” extralaborales que ello suponía. Sin embargo, en la actualidad, la presencia de mujeres en estos círculos ha ido incrementando y se ha vuelto responsabilidad de las mismas facilitar el acceso a otras mujeres.

Frecuentemente leemos sobre women empowerment, y en lo jurídico, deberíamos de apostar no solo por intentar hacer que resuene la excelencia del trabajo hecho por otras colegas, sino que también inculcar en las nuevas juristas y profesionales del Derecho jóvenes, el deseo y necesidad de hacer un buen networking, manteniendo su esencia a la hora de romper el hielo profesionalmente hablando. De esta forma, estaríamos apostando por dejar de lado los estereotipos con los que la sociedad nos ha asociado que se traduce en un retroceso profesional. Es precisamente el salir de la zona de confort por lo que debemos trabajar, dándonos la oportunidad de intervenir en escenarios donde podamos explotar nuestros talentos y experiencias.

Como firma, este 8M apostamos porque todas las mujeres que nos dedicamos a la práctica del Derecho nos convirtamos cada una un referente, dejando de lado los estigmas que por tanto tiempo nos han acompañado y que nos demos la oportunidad de explotar nuestra esencia personal, que nos hace a cada una únicas y, por ende, auténticas. Así, finalizo con las palabas que Elaina Wlteroth dijo: “Cuando ocupas un espacio en un sistema que no fue creado para ti, tu autenticidad es activismo”.

Escrito por: Lexincorp

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