Cada año se celebra el día mundial de la Propiedad Intelectual. Este año celebramos la Propiedad Intelectual y las Pymes.
Cuando se trata de un nuevo negocio, que se categorice como pequeña y mediana empresa (Pyme), es importante preguntarse si se ha hecho la inversión necesaria para protegerla en materia de Propiedad Intelectual.
Algunas de las actividades más importantes de una Pyme, como por ejemplo su promoción y mercadeo, se realizan por medio de los signos externos, pudiendo ser marcas, logotipos y otros elementos de Propiedad Intelectual que constituyen activos intangibles que deben protegerse. Estos activos le permiten a la empresa obtener un reconocimiento en el mercado, aumentar las ventas y generar fidelidad en el consumidor.
La protección de las marcas adquiere un importante valor con el tiempo, que, muchas veces, supera el valor en libros. De esta manera, aumentará su activo y reducirá la tasa de endeudamiento.
Si una Pyme estuviera en búsqueda de inversionistas, tener marcas relevantes en el mercado y debidamente registradas representa un gran atractivo para quienes puedan aportar capital. La protección de las marcas se convierte, entonces, en un activo muy valioso para la empresa.
El registro y protección de las marcas, ya sea a nivel personal o empresarial, permiten una protección directa, no solo de los productos o servicios tutelados por esta, sino, además, un reconocimiento a nivel comercial y empresarial.
La relación que existe entre la propiedad intelectual y las Pymes es innegable. Sin la protección a nivel de signos distintivos (marcas, slogans, patentes, nombres comerciales) la empresa puede perder valor y dejar de percibir ingresos importantes obtenidos a partir de estos activos intangibles.
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